BÚSQUEDA INCONCLUSA

Era nuestra segunda visita al complejo hospitalario de San Pablo (apodado por el mundo paranormal como el sanatorio de los muertos).

Todos los allí presentes, nos encontrábamos hambrientos de oscuras emociones apilados como buitres alrededor de una presa abandonada por su aliento. Todos a lo largo y ancho de una sala escogida al azar de la segunda planta del psiquiátrico (¿O tal vez ella nos escogió a nosotros?) y quedaba ya para dar por cerrada una intensa y fructuosa investigación, la tan deseada sesión con la spirit box (esa cajita electrónica con la apariencia de una radio digital pero a su vez capaz de transmitir a través de sus ondas los mensajes de los abandonados).

Mi pareja y unas cinco personas mas, amigos todos del misterio, nos posicionamos algo lejos de la spirit box, con la intención de que fueran los nuevos participantes de la experiencia los que pudieran disfrutarlo mas de cerca.

Aún nos estábamos acomodando al lugar cuando se inició la sesión. Nosotros aun hablábamos cuando curiosamente y junto a nosotros (mas concretamente junto a mi pareja) volvió a emerger del aire aquella voz imposible (en nuestra dimensión al menos) una dulce y tímida voz que ya nos resultaba familiar de la visita anterior. Esa voz recorrió sinuosa el ambiente para impactar sutil y delicadamente en los oídos de los que morábamos en ese momento el lugar. Nuevamente parecía querer contarle algo (¿a mi pareja?). Nuestro asombro iluminó una sala oscura y sin vida tras su llamada. Puede que Estela (por que creemos que es ella) haya descubierto tras los rasgos aniñados de mi compañera, a una madre. La madre de nuestra hija y esto les haya creado a las dos una bonita relación o estrecho vínculo “interdimensional”.

He de acentuar también que tras su llamada pudimos ver claramente una figura negra (mas negra que la noche), encorvada, delgadamente enfermiza y de unos dos terroríficos metros y pico de altura cruzar rauda y velozmente por la habitación de enfrente y por si fuera poco, vimos cruzar unos dos minutos después, una pequeña figura blanquecina y brillante como la sal de la mar bañada por el sol de Julio. Ésta última cruzó por la misma habitación lenta y cuidadosa en su levitar, a sabiendas de que la mirábamos. Dio la impresión de arriesgarse a ser vista para despedirse de nosotros, pero sin querer ser avistada a su vez. Tal vez temerosa de alguien.

¿La negra y amenazante sombra anterior?...No lo sé. Aunque no ha de preocuparse porque de ser así puede contar con nuestro sepulcral silencio, pues jamás la delataremos.

Por cierto olvide mencionar que nos transmitió Clara: “Mamaa” (00:09 segundos de grabación) alargando la ultima "a" como queriéndonos mostrar lo larga que está siendo su búsqueda. Dios quiera que la encuentre no muy tarde y pueda así descansar en paz entre los cálidos brazos de su mamá.